Unas bonitas anécdotas del viernes 2 de marzo del año 2007.
Estadio Universitario, Monterrey, Nuevo León, México.
Preámbulo de la presentación de Roger Waters.
***
Mientras mi amiga la Chiva andaba peleándose con no sé quién para que la dejaran pasar al área en donde vendían las camisetas oficiales, yo me quedé sentadita en mi lugar comiendo semillitas.
Estaba viendo cómo poco a poco el lugar se iba tapizando de gente, contando el tiempo antes de que empezara el concierto, imaginándome unos tacos de carne asada siendo masticados por mis dientes, pensando que al día siguiente debía levantarme a las seis de la madrugada a pesar de la desvelada que me iba a dar y recordando que en la tarde había durado media hora revolviendo mi cuarto buscando los fregados boletos de dicho evento (porque seguramente mi viejo del costal me los escondió para hacerme enojar).
En la llamada telefónica del mediodía ella me dijo: “Que no se te vayan a olvidar los boletos, eh”. Y yo pensé: “Esta mujer cree que estoy zoquete o qué, cómo se me van a olvidar si los he cuidado como a mi propia vida”. Así pasó y, al darme cuenta que no estaban en el lugar en que yo hubiera jurado que estaban, pude visualizarla estrangulándome con un rasposo mecate si le salía con la novedad de que no los tenía en mi poder, pero por suerte eso no se cristalizó.
**
Continuando… también estaba riéndome de cómo el viento, un poco antes de entrar, se había llevado arrastrando por el suelo nuestras preciadas entradas provocándome un asustadizo grito: ”¡Los boletos!”, para después carcajearnos nerviosamente por lo sucedido.
Malditos boletos, me hicieron sufrir mucho.
Y la palabra de hoy es: Boletos.
*
Otra cosa, mientras nos peleábamos con las cámaras, un vigilante nos vio en actitud sospechosa y ya se nos hacía que nos llevaba detenidas. Se nos acercó para ver qué estábamos haciendo con la excusa de hacernos una pregunta que no venía al caso “¿Saben si hay por aquí teléfonos de monedas?”.
Nunca he tenido fantasías sexuales con hombres uniformados así que esa no hubiera sido una experiencia placentera.
Pero lo más importante de todo este post es lo siguiente…
Atrás de mí había una serie de asientos libres que en ese momento comenzaba a ser ocupada por cuatro personas. Eran las voces de dos parejas las que la estaban llenando, una de entre 26 y 30 años cada integrante y otra de individuos de edad madura (papás de él, creo).
Los escuchaba molestos, sobretodo a él (el de la díada joven), porque no le gustaba la localidad en la que se encontraban.
Cuando por fin se sentaron, la tipa lanzó una interrogación “¿Pues en dónde está el escenario?”
¡Quéeeeeeeee!, me pregunté y grité yo en mi mente, ¿cómo que en dónde está el escenario?
Nunca me había topado con alguien que tuviera esa duda en un recinto en donde estuviera a punto de desarrollarse un concierto, obra, recital, show, espectáculo, performance o como gusten llamarle.
¿Acaso no es suficiente tener una plataforma, estructuras verticales, luces, instrumentos, pantallas superarchimegarequeterecontragrandotas y cables como para que la gente note cuál es el escenario?
¿No se daba cuenta de la distribución de todo lo que ahí había, para que ese fuera justo el centro de atención de casi todas las miradas?
En fin, creo que esa mujer salía poco de su casa.
El novio, esposo, amante o lo que sea giró la cabeza lentamente hacia su concubina para buscar sus ojos (pude imaginarlo) y le respondió “¿Cómo que en dónde está? ¿No lo estás viendo ahí?”.
La verdad me pareció muy grosero el tono en que se lo dijo pero como yo hice lo mismo en silencio, mejor no lo juzgo.
Fin de la historia.
Estadio Universitario, Monterrey, Nuevo León, México.
Preámbulo de la presentación de Roger Waters.
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Mientras mi amiga la Chiva andaba peleándose con no sé quién para que la dejaran pasar al área en donde vendían las camisetas oficiales, yo me quedé sentadita en mi lugar comiendo semillitas.
Estaba viendo cómo poco a poco el lugar se iba tapizando de gente, contando el tiempo antes de que empezara el concierto, imaginándome unos tacos de carne asada siendo masticados por mis dientes, pensando que al día siguiente debía levantarme a las seis de la madrugada a pesar de la desvelada que me iba a dar y recordando que en la tarde había durado media hora revolviendo mi cuarto buscando los fregados boletos de dicho evento (porque seguramente mi viejo del costal me los escondió para hacerme enojar).
En la llamada telefónica del mediodía ella me dijo: “Que no se te vayan a olvidar los boletos, eh”. Y yo pensé: “Esta mujer cree que estoy zoquete o qué, cómo se me van a olvidar si los he cuidado como a mi propia vida”. Así pasó y, al darme cuenta que no estaban en el lugar en que yo hubiera jurado que estaban, pude visualizarla estrangulándome con un rasposo mecate si le salía con la novedad de que no los tenía en mi poder, pero por suerte eso no se cristalizó.
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Continuando… también estaba riéndome de cómo el viento, un poco antes de entrar, se había llevado arrastrando por el suelo nuestras preciadas entradas provocándome un asustadizo grito: ”¡Los boletos!”, para después carcajearnos nerviosamente por lo sucedido.
Malditos boletos, me hicieron sufrir mucho.
Y la palabra de hoy es: Boletos.
*
Otra cosa, mientras nos peleábamos con las cámaras, un vigilante nos vio en actitud sospechosa y ya se nos hacía que nos llevaba detenidas. Se nos acercó para ver qué estábamos haciendo con la excusa de hacernos una pregunta que no venía al caso “¿Saben si hay por aquí teléfonos de monedas?”.
Nunca he tenido fantasías sexuales con hombres uniformados así que esa no hubiera sido una experiencia placentera.
Pero lo más importante de todo este post es lo siguiente…
Atrás de mí había una serie de asientos libres que en ese momento comenzaba a ser ocupada por cuatro personas. Eran las voces de dos parejas las que la estaban llenando, una de entre 26 y 30 años cada integrante y otra de individuos de edad madura (papás de él, creo).
Los escuchaba molestos, sobretodo a él (el de la díada joven), porque no le gustaba la localidad en la que se encontraban.
Cuando por fin se sentaron, la tipa lanzó una interrogación “¿Pues en dónde está el escenario?”
¡Quéeeeeeeee!, me pregunté y grité yo en mi mente, ¿cómo que en dónde está el escenario?
Nunca me había topado con alguien que tuviera esa duda en un recinto en donde estuviera a punto de desarrollarse un concierto, obra, recital, show, espectáculo, performance o como gusten llamarle.
¿Acaso no es suficiente tener una plataforma, estructuras verticales, luces, instrumentos, pantallas superarchimegarequeterecontragrandotas y cables como para que la gente note cuál es el escenario?
¿No se daba cuenta de la distribución de todo lo que ahí había, para que ese fuera justo el centro de atención de casi todas las miradas?
En fin, creo que esa mujer salía poco de su casa.
El novio, esposo, amante o lo que sea giró la cabeza lentamente hacia su concubina para buscar sus ojos (pude imaginarlo) y le respondió “¿Cómo que en dónde está? ¿No lo estás viendo ahí?”.
La verdad me pareció muy grosero el tono en que se lo dijo pero como yo hice lo mismo en silencio, mejor no lo juzgo.
Fin de la historia.
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El puerco salió volando y yo le dije adiós.
Para amenizar la lectura: http://www.youtube.com/watch?v=8ppAH7gz7Mg
Participó hoy: http://mylostkisses.blogspot.com/
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Frase para meditar: Me bañó la luz.
6 comentarios:
Ah pues... que agetreado día, yo ese día aun me estaba lamentando mi pendejez, no se que me lamento si he vivido 21 años ya con ella...
Que loco lo de los boletos, concuerdo con usted también es bastante cagante cuando necesitas algo y no lo encuentras o que cuando lo llegas a encontrar el destino te haga una mala jugada.
Pues en fin aqui inaugurandole las firmas...
Un beso piojoso y con pelos...
UP THE IRONS!!!
los simpsons siempre se puede aplicar a la vida diaria, sino no existiría la vida americana retratada con un análisis psicologico de los simpsons y se usa en universidades de estados unidos como libro de texto.
garcía marque en la luz es como el agua, tiene una frase similar desarrollada en un cuento; nadaban en la luz.
Entonces el viejo del costal sigue por ahí!!!!
Me lo saludas para la próxima que lo veas ;)
que onda, chida la reseñita....por acá mucho jhale, tu que tal?, ya no utilizas el fotolog?...saludos, ah!, yo tb tengo blog (esta under construcction) es //moraliaminima.blogspot.com
saludos
israel
que pasa, como va todo, chida la reseñita!!!!...ya no utilizas el fotolog?....sobres...israel
¿Ya no?
Que el mundo deje de echarnos en cara que algunos SÍ pudieron estar ahí.
Snif.
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