Personaje: Ramón Es Gallo, su nombre real.
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http://lilievil.blogspot.com/2005/07/la-muerte-se-sigue-recordando.html
Versión recortada: http://www.fotolog.com/lilievil/
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Mis respetos a quienes hayan alguna vez gozado (y no por zoofílicos -as-) y sufrido por un animal.
Me gustan las aves, sobre todo las especies gallináceas.
Ramón es mi gallo muerto, lo cual no quiere decir que tenga un gallo muerto por mascota sino que solía estar vivo pero después murió teniendo solo 4 años de edad. Diagnóstico: anemia. Punketo de corazón (por la cresta y por el nombre), con un bello plumaje anaranjado-negro-verde-en algunos puntos blanco-y-una que otra tonalidad diferente, algo agresivo, promiscuo pero muy noble, cantador, atento, de mirada profunda y un tanto zoquete. Le daba la malacanchoncha, un mal que consiste en dar vueltas en su propio eje persiguiéndose la cola, el cual también aqueja a las perras y perros y quizá a alguna que otra especie. Le gustaba cantar al pie de mi ventana como a eso de las tres de la mañana y luego como a las seis parado sobre la lavadora de aquel entonces
Guardo sus espolones con mucho cariño para verlos y acordarme de él así como la gente guarda fotografías, mechones de cabello, ropa, cartas o algunas otras prendas de las personas queridas que pasaron a otro plano de la existencia. También llegué a seleccionar las plumas más bonitas y bien formadas que se le iban cayendo y, cuando él murió, las enterré en el patio para hacer de la tierra una tumba simbólica.
Un miércoles de junio o julio del año 2004 soñé que Ramón se moría. Para quien me conozca sabrá que no suelo despertarme ni mucho menos levantarme temprano, pero esa vez, luego de terminar de visualizar ese espeluznante sueño me levanté con la intención de ir a ver a Ramón porque desde el día anterior lo había visto triste y desanimado sin saber yo por qué. A veces se mostraba confusamente comunicativo.
Caminé con los ojos entreabiertos, llegué a la cocina (con la intención de salir al patio) y ahí me encontré a Vero mi hermana y me dijo “ay Licha, mejor no veas a Ramón” o algo así. Yo le respondí “¿por qué?”, pero no hizo falta que me contestara. Me asomé por la ventana y no lo vi, lo cual me preocupó porque cuando sentía la presencia de alguien se emocionaba y se agarraba caminando para todos lados. Salí y nada, me acerqué al fondo del patio y nada, no lo veía y se me hizo todavía más preocupante porque siempre salía corriendo hacia mí como los perros cuando mueven la cola al presentir la llegada de las personas.
Lo vi ahí acostado en un rincón con el pico puesto sobre la tierra.
Tenía los ojos completamente cerrados.
Me acerqué más, lo acaricié, le pregunté qué tenía y comencé a llorar. Casi no reaccionaba, estaba frío, se veía cansado, respiraba débilmente, sin fuerza, como cuando alguien está muriendo pero ya no lucha, como si solo estuviera esperando el momento adecuado para morir. Lo levantaba para tratar de que permaneciera en pie pero solo caminaba uno o dos pasos y se volvía a acostar lentamente en el lugar en donde lo ponía. Conforme pasaba el tiempo su cresta iba cambiando de color, ya no era de un rojo intenso sino de un anaranjado cada vez más pálido.
El veterinario ya no pudo hacer nada y, ya de regreso a casa, ya sin Ramón, el taxista me miraba con tristeza al ver como lloraba sin importarme que la gente me viera, incluyéndolo a él. Mi mamá también estaba sin palabras y supongo que fue porque tenía varios años de no verme lagrimear de esa manera tan aparatosa, ni yo me la creía. No me quise contener.
De camino al trabajo me encontré a mi hermana y a su novio y me fueron a dejar en su carro. Como ellos todavía no sabían nada les empecé a contar y de vuelta me sumergí en el llanto, así que llegué al consultorio con los ojos rojos como drogada. De la una de la tarde a las ocho de la noche fue un martirio porque me estuve aguantando de llorar ya que tuve la agenda llena y no me pude dar el lujo de tener esa catarsis. A la hora de la comida estuve, como siempre, compartiendo la mesa con Chuyito-el-dentista y me preguntó que qué tenía y vagamente recuerdo que me mencionó algo así como que si ya se había muerto Ramón (porque siempre le platicaba de él), y yo le dije que sí. Fue lo único que le mencioné porque les repito que no podía soltarme de nuevo con la depresión porque en diez minutos tenía que atender a una persona.
Como traía los ojos rojos y quizá algo hinchados me daba miedo pensar que mis clientes y clientas creyeran que tenía ganas de llorar por algo que me estuvieran comentando, pero bueno, eso ya no importa, me conformo con que yo sepa que no era por eso.
Ya saliendo del Centro Méndigo pude llorar a gusto mientras caminaba por la Avenida y así lo hice hasta altas horas de la noche, o más bien de la madrugada. Todavía.
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Plus
A nadie más de ahí del trabajo le comenté lo que sucedió. Al día siguiente o un par de días más José Luis sí me notó algo diferente y me preguntó si me pasaba algo porque me veía rara. Yo le respondí con la palabra mágica: nada. Quizá él no guarda en su memoria ese momento pero yo sí y lo valoro al igual que a Chuyito. Tiempo después lo platiqué más abiertamente.
Desde que eso sucedió ya no he querido tener ningún animal porque es mucho sufrir y además ya no tengo el tiempo suficiente para cuidarlo como se debe.
No me importa si la gente se burla porque en muchas conversaciones lo saco a relucir, para mí es una forma de tenerlo presente siempre. Me gusta acordarme de él y punto. Suena el violín y corre mi lágrima Remi.
Existen muchos detalles más que después contaré y otros que prefiero guardar en el baúl de mis recuerdos.
Frase para meditar: Mi piel es mi mejor papel, mi mejor lienzo.
5 comentarios:
Los gallos son buenas personas. Y està bien lamentar la partida de las buenas personas.
Mucahs gracias por comentar en mi blog, estaré pendiente también del tuyo.
Saludos
Cualquier mascota es buena a mi me robaron mi maltes se llama justin ahora me regalaron una chihuahua muy chulis que quiero mucho...
Hey Lili!siento mucho lo de Ramon, algo parecido me paso pero con una gata, seria largo de contar, pero desde entonces no me gustan mas los gatos
animo Ramón live!
YO TUVE UNA GALLINA Y FUE MAS QUE MI MASCOTA... LA RECUERDO SIEMPRE QUE VEO ANUNCIOS DE BACHOCO...SNIFF
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