Foto: El libro semanal.
Tres noches del fin de semana pasado dormí en el suelo. Sí anduve con dolor de espalda y me dio frío en ciertos momentos, pero eso se disipó y se volvió verdaderamente gratificante cuando estuve en contacto con mi cobija “apuchungable”, una de esas que tienen barbas.
Está lo suficientemente grande como para que me cubra toda de pies a cabeza y se acople lo perfectamente bien a mi cuerpo como para que no se mueva y no perciba yo la frialdad de la habitación.
Posee el grosor perfecto, la suavidad adecuada y tiene esas pelusas que se le forman en toda su superficie para que el tacto se divierta acariciándola y al mismo tiempo genere más calor.
Lo malo es que llega el momento en que me la tengo que quitar de encima y la tengo que doblar y guardar para que esté disponible la próxima vez que la necesite.
Está algo pesada, se siente como esas veces en que hace mucho frío y una se empalma tanto de cobertores, mantas, suéteres, pijamas y dobles calcetas para menguar el congelamiento que hasta se batalla para respirar y para cambiar de posición; se percibe igual que como si se me hubiera subido el muerto (uno bien tieso) o como si estuviera en el proceso de una parálisis del sueño.
Foto: Se supone que esta fotografía es de un gallo pero, por lo que puedo apreciar, salió un poco oscura.
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Frase para meditar: "La persona celosa confunde el amor con la posesión."
Del libro "Diálogo conyugal", de Javier Ortiz.
10 comentarios:
Las cobijas...
Si, son muy ricas para esas noches de frio. Mi abuela siempre me regañaba porque me acostaba en el suelo frio, decía:"Mijito, te vas a enfermar... andale, ponte la cobijita abajo"
Nunca le hice caso, pero de un tiempo para aca su consejo ha estado muy presente en mi cabeza.
Hace algunos dias yo tambien me conseguí una cobija, no es tan grande como la tuya (aunque en definitiva tiene también barbitas...), es mas bien chiquita de esas con las que te cubres al estar sentado viendo la tele o en algun autobus mientras vas de paseo, pero es de esas extremadamente calientitas, que no importa el momento o el lugar puedes ponertelas e ignorar por completo el frio...
Que rico es no tener frio en invierno...
Usted me cae bien...
Un beso piojoso...
awebo. todos tenemos una cobijita asi.
Hey gracias por la visita, esta bueno tu blog saludos
Ahhh... yo tambien tuve mi cobija este invierno y vieras que bien me calentó!! No pasé ningún frío!! Lástima que cobijas de tal calidad no se encuentran así como así y en uno de esos viajes la extravié.
Yo tambien tengo una cobija así, pero nada comparado con una cobija de tripas. Ta chido el gallo... Y que paso con Flama y Llama?
Encontrar algo que te haga sentir tan bien y que sea perfecta en muchos aspectos, si no es que en todos los posibles o referenciables es una verdadera suerte. Todavía no encuentro mi cobija... esa a la que yo pueda llamar MI cobija... así como posesión.
P.D. Si quieres canciones de Human Drama... sólo por curiosidad tal vez, yo te puedo pasar algunas.
y esa primera foto?
una colcha y esas novelitas en color ocre me acompañaron en muchas tardes de lluvia.
:( Yo no tengo cobija!!!! :((
P.D. Y tampoco soy celosa. Sólo envidiosa.
la foto y el relato me regresaron a epocas de mi infancia jaja...
una tia abuela no se perdía el libro sentimental y todos los derivados de ellas, bendita yolanda vargas dulche y su novela de yesenia. los tonos ocre te regresan en el tiempo a momentos realmente buenos.
y la cobija? ah si, el tema principal... extraño mi cobija de cuando niño :( aunque.... encontre una que se parece a mi jeje, tiene 2 bracitos, 2 piernas, etc, etc...
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