Un día de la semana pasada andaba un poco rara de humor. Yo no lo había notado pero alguien me hizo dar cuenta de él e inmediatamente me puse a meditar si sería cierto o no.
No había un motivo conciente, pero sí latente, para que mi estado afable y tranquilo comenzara a cambiar.
Total, llegué a la casa ya en la madrugada (aunque no muy tarde) y se repitió el ritual de esas noches en que me dan ganas de hacer de todo un poco. Desde escuchar música y bailar, hasta comer, barrer el patio y/o maquillarme como encueratriz de película de ficheras.
Agarré la libreta que uso como diario personal y me entró la desesperación aún más porque vi que le quedaba un par de hojas en blanco para llegar al final de ella y porque me sentía incapaz de avanzar para lograrlo, me era imposible describir mi situación emocional.
Pensé en ponerme a escribir alguna nadería para llenar las páginas pero esa idea me incomodó mucho más así que desistí, la cerré y la volví a guardar en el lugar en el que yo supongo que nadie la va a tomar.
Me senté en el filo de la cama para continuar limándome las uñas con rapidez, me las pinté de no sé qué color y recordé un tema que me ha estado revoloteando en la cabeza desde hace más de diez años, gracias a ello también se me vino a la mente una frase que leí hace tiempo: “Había logrado la libertad de la paloma de sus sueños y le dio miedo (…)”, en un libro llamado “Esas celdas que soy” de Mario Heredia.
Ahora sí, solté la lima, volví a sacar la libreta de su lugar especial, puse la fecha del día (25 enero 07), la hora (1:54 a.m.) y llené solamente una página con palabras mías y la siguiente con la frase que puse en el párrafo anterior. Para finalizar, de nuevo plasmé la hora (2:03 A.M.) y la fecha (25 ENERO 2007), pero ahora con mayúsculas.
Dejé tres páginas en blanco, lo único que hice fue trazar en cada una de ellas una línea vertical con un color violeta o púrpura, ni sé bien.
Quise dejar de escribir cuando yo quisiera y no necesariamente cuando me lo obligara el término del papel.
Quería terminar la libreta para poder empezar a usar una de pasta morada que tenía guardaba dentro de su bolsa de plástico original.
***
Frase para meditar: Quiero escribir aunque se me acabe la superficie, espacio siempre existirá… así sea en el aire.
10 comentarios:
Pues... suele pasar el quedarse sin espacio, lo unico es buscar un lugar nuevo para hacerlo...
Si... yo tambien recuerdo ese dia...
En fin... mujer iracunda, cuidese mucho...
Un beso piojoso...
Eso me sonó a Marqués de Sade. Andamos por aquí.
Liliana y sus actividades nocturnas. Se te va a acabar la melatonina, mujer!!! ya duermete temprano! =)
Es chido eso de tener libretas, ya sean de papel o electrónicas.
Yo ando chiflada con mi blog... jejeje es mi juguete nuevo, creo que lo usaré más que el Fotolog.
cuando me pasa eso, me emborracho.
Hay que tomar otra actitud. Cuando el papel te insulta por estar en blanco castígalo apuntalándole el bolígrafo en los riñones hasta que se retuerza, luego métele unas esdrújulas al hígado para que apenas pueda respirar. Y muchos puntos suspensivos para enseñarle quien manda.
Asi se habla
Comete una conchitas Lili para que se te pase la ira
saludos comadre
Pos como aste nomas no daba color de escribir en el Flog pues que me tengo que aventar una inverstigacion tipo pelicula pero ya di con tu pagina jejejejejejejeje
Fijate que a mi tambien me pasa eso de tener cierto tipo de histeria y no se a que se deba porque es como algo que no puedes controlar, algo que como que te activa pero a horas que no debieras estar activo y te lleva a dormirte tarde y despues llegar todo desvelado al trabajo y asi todos los dias, jajajajaja
Un saludazo de reencuentro
Arm
Pasa la noche, pasa el día, todo chingados... el mal humor, la hueva, la somnolencia, el dinero, la pasión, el efecto, la distancia... todo. Nada queda. No pasa nada
Pasa la noche, pasa el día, todo chingados... el mal humor, la hueva, la somnolencia, el dinero, la pasión, el efecto, la distancia... todo. Nada queda. No pasa nada
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