enero 12, 2007

Maldito tú... sí, tú.

Algunas veces, en mis años escolares, me llegaban a proponer que participara en ciertos concursos de matemáticas pero no lo hacía porque no me gustaba esa materia y porque tampoco me consideraba lo suficientemente buena en ella.

Luego hubo uno de ortografía, lo recuerdo, pero no tuvieron ni la intención de preguntarme si quería entrar o no, sólo se agarraron poniéndome exámenes en grupos de niños y niñas cada vez más reducidos, hasta que quedamos únicamente dos. Un niño y una niña, yo.

***

Estábamos en una escuela desconocida para mí (porque para esas alturas ya había derribado las fronteras de mi escuela) y ni siquiera tengo el recuerdo del nombre de la colonia a la que me habían llevado para continuar con las eliminatorias, pero el caso es que ese niño y yo teníamos todo correcto al finalizar la prueba.


Ambos teníamos las mismas palabras escritas en la hoja de cada cual, enlistadas religiosamente con la mejor caligrafía posible. No nos lo habían pedido así, pero tampoco el sentarnos derechitos y sonreír todo el tiempo y, sin embargo, nunca dejamos de hacerlo.


Todo iba excelente pero la vida no es completamente así (ay no, qué aburrido) y gracias a la naturaleza, al destino, a las hadas o a los duendes motorolos y con la única y firme intención de despertar mi ira para seguir con mi entrenamiento de contención de la misma, dos maestros se dispusieron a observar a detalle nuestro desempeño.


Ellos mirando las hojas y nosotros mirándolos a ellos. Mi contrincante volteó a mirarme pero yo me entretuve checando los huequitos de los ladrillos, los nombres grabados en los bancos, el techo y el pizarrón sucios,… como Bart visitando Shelbyville.

***

Veredicto:

“Niña zoquete, ni la gasolina que gastaron en traerte hasta acá.


Tenemos tanta hueva de seguir con esto y nuestro equipo de jueces consta de un equipo de cerebros tan carentes de ideas que nos es imposible utilizar una medida justa y, por lo tanto, razonable, para sacarte del certamen.

Trajimos nuestro transportador gigante de madera, hicimos las mediciones pertinentes y pudimos concluir que tus acentos son completamente verticales y, siendo que lo correcto es que haya 45° con respecto a la horizontal, ya te puedes ir largando a la chingada.


Él gana.”

***

No sé si la persona que nos puso el examen creyó que yo, por estar chiquita y cachetona, también estaba tonta como para creer que el grado de inclinación de los acentos era un punto crucial para un desempate, pero ni modo, a esa edad todavía no podía hacer mucho ruido en el mundo de los adultos.


Así las cosas, regresé a mi escuela con el triunfo escurrido entre los dedos (triunfo que ni supe en qué consistía, materialmente hablando).

Triste no me sentí porque nunca tuve expectativas muy altas. Y no porque no me considerara capaz de llegar al primer lugar sino porque, como todo fue tan rápido, ni siquiera tuve tiempo de formulármelas.


¿Enojada? Eso sí. Pero no por perder, más bien por la forma en que sucedió eso. En todo caso, a él le hubieran bajado puntuación por dejar su hoja de trabajo toda puerca y casi hecha chicharrón por su transpiración.


Lástima, en ese último examen hasta estaba emocionada porque nunca había competido en nada, menos en algo que realmente me gustara y que me resultara sencillo y, sobretodo, en algo en lo que no tenía ni necesidad de levantarme de mi asiento.


Caso cerrado.

*******
Frase para meditar: "Más se perdió en la guerra... y eso que iba Mambrú"

Aportada por: Gerardo W.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Zoquetina...eso te pasa por novedosa, los acentos van inclinados, no verticales. Jojjjojjojojjo...

Neeeh...de seguro la mama del niño ese, le hizo ojitos a alguno de los jueces del concurso o les pasó un varo.

Tú eres buena escribiendo... en cambio el chamaco ese ha de estar ahorita vendiendo crema de caracol por ahí...

Sola en el universo dijo...

Jajajaja, y más feo se siente cuando una se entera que ese otro no está vendiendo crema de caracol por ahí sino que le va a todas emes :(

Nomás lo dejo para echarle más sal a la herida. Me pasó algo parecido y ni modossss.

エデシェル dijo...

creeeemaaaa de caracooooolll llevela, llevelaaaa¡¡¡¡

que? es un trabajo digno no? jajaja

sony dijo...

qué bueno está tu post!.

No pues sí yo estaría igual de enojada por la mente retrógrada de estos tipos, mejor hubieran declarado empate y punto, en lugar de sacarse de la manga esa estupidez. Pero pues, así pasa cuando sucede.

....crema de caracol....jajajaja!, de verdad, sería bueno saber qué sería de este chamaco con sus perfectos acentos de 45°?.

Antonio Hernández dijo...

Oye compa... como andas de tus malestares eh?
Si aun no sanas, te deseo pronto y expedita recuperacion.

Pues mira namas, entonces eso ya te venia de niña...imagino que en estos días, una descalificacion de ese tipo, no te la vuelven a hacer.

Ah, por cierto, en ortografia, lectura y aprovechamiento general, todos me iban a la zaga, sencillamente era el mejor de todos y todos los concursos con sus primeros lugares eran para mi.
Si hubiesemos estado en un mismo concurso, a fe mia, que el segundo lugar era para ti
:)
Pronta salud Lili¡

Anónimo dijo...

Asshh. ¡No me deja comentar, carajo!

Anónimo dijo...

¡A chingá, chingá!

No puso mi sesudo comentario sobre mis traumas escolares pero sí pone mi reclamo.

Me retiro indignado.

HugoLara dijo...

A lo mejor hacía los acentos con regla el desdichado.

Crema de caracol? conocía la sopa de caracol..una canción burda de un grupo llamado "Banda Blanca" pero no la crema de caracol.

Saludos!

el @sombr@do esp@idercito dijo...

Acentos de 45 no manchester, mejor t hubieran dicho q descalificaban por ser niña, chance y los jueces eran maricas y les gusto mas el niño, ni pex, pero ahora q leo tu post, me doy cuenta de q si t dejó enseñanza el concurso, x q tienes bien la ortografía, aunque como la compu tiene los acentos de a 45, ps por eso si c le entiende
jajajaja

Anónimo dijo...

Relax. Seguro el pobre tipo terminó trabajando en una caseta a mitad de alguna horrible carretera de Durango. De los jueces de tu concurso, ni hablar, eso pasa con nuestro sistema educativo "you pay peanuts, you get monkeys"