junio 02, 2006

Semana sexosa. Día cuatro.

Yo prefiero la literatura erótica a la pornografía, manga, hentai, juguetes o demás artilugios. No utilizo las lecturas eróticas como fetiche, creo que solo me gusta y ya, así como también me agrada el suspenso o el humor negro... pero debo confesar que si estando en una librería veo una novela de corte burgués y una erótica me decido a comprar esta última, aunque después regrese y adquiera la otra también.

La gente tiene la idea (al menos eso es lo que he sondeado) que si alguien lee este tipo de líneas es con el objetivo de masturbarse pero no es así en todos los casos. Una no anda estimulándose en la calle porque ve a alguien atractivo o porque admira algún cartel de un desnudo ¿verdad? Entonces tampoco tiene que suceder así con la lectura, al menos no siempre.

El solo hecho de leer resulta orgásmico y, si es algo erótico, es doblemente orgásmico.

Cuando presto libros (que por cierto me tachan de mensa por hacerlo) casualmente los que se tardan más en regresarme o que de plano hacen caso omiso de mis reclamos y no me los devuelven son los que tratan de estos temas.

Hace unos años le regalé a mi hermana un libro de este corte y, aunque no recuerdo el nombre del autor ni el título del libro, me acuerdo que me gustó una historia acerca de un tipo que vivía con una mujer y que cada vez se iba haciendo más chiquito. Al principio resultaba bien porque dormía con ella y recorría su cuerpo pero luego cuando alcanzó el tamaño adecuado… ella se masturbaba con él y ya lo andaba ahogando. Se me hace que ya les estoy inventando pero es que la verdad no recuerdo muy bien los detalles, pero eso era lo central. Si alguien lo ha leído enriquezca mi comentario y corríjame si es necesario por favor.

Cualquier libro de sexualidad me atrae aunque no esté de acuerdo con lo que digan sus páginas, incluso no necesariamente tiene que ser con referencia a las relaciones sexuales (lo cual sería reducirla a la genitalidad) sino que el tocar los temas de estereotipos sexuales, roles o todo lo relacionado con la cultura de género me llama la atención enormemente.

Justamente hace tres madrugadas a las 4:51, estaba leyendo algo en un libro ñoño-cristiano que compré llamado Diálogo conyugal de Javier Ortiz y estaba yo que me llevaba la chingada y que me chupaba la bruja (y no es albúr). Me estaba dando la malacanchoncha, el pirriaco, sentía que la macromegalia se hacía presente, que me daba un ataque cardiaco y que me picaba el dengue hemorrágico y me mordía la mosca Tse Tse al mismo tiempo.

Realmente me jalé los cabellos, mi corazón latió más rápido y tuve el impulso de coger (tomar) el cel para enviarle un mensaje a alguien pero más valía que hubiera una muerta y no una muerta más un desvelado. Lo que expresaba ese libro era tan injusto para las personas de mi gremio sexual que solo gruñí como tigresa, grrrrr, procurando no despertar a mi loca familia que dormía plácidamente y ni se enteraba de la ira que me invadía. En fin, para eso son los libros, para despertar emociones. Tiene que generar coraje, placer, risa, miedo, polémica, etcétera. ¿Qué es la vida sin un poco de emoción? Nada. Creo que me desvié del tema, mejor corto esto de una vez.

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Frase para meditar: Nadie me cree que el mouse tiene clítoris.

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http://www.fotolog.com/lilievil/

6 comentarios:

Bernardo Felipe Martínez Meave dijo...

Yo si te creo, es mas... yo así le digo al botoncito ese que tiene en mendo que le puedes hacer 'click' y moverlo de un lado a otro...

Cuando tenía como 13 años, me encontre un libro en la basta biblioteca familiar que se llamaba "Everything You always wanted to know about SEX* (*But were afraid to ask)". Creo ahora, que uno de mis mayores alicientes para aprender inglés, fue la curiosidad de leer ese libraco. Y si... aprendí bastantito inglés (y sexo de paso...). Tu y tu manía de despertar a la gente a media noche... ¡pero la venganza es dulce!

yomero dijo...

" la acaricie delectantemente"....

amonos con la palabrita, viendolo asi, tambien prefiero los relatos eróticos, mejor es ponerle cara y cuerpo a la protagonista y si descriptivamente aguanta, pues uno se pone en el papel del macho bien dotado de la historia


Me gustó esta semana.

Antonio dijo...

¿Diálogo conyugal de Javier Ortiz?

No lo conozco pero por las emociones que te inspiró ha de ser bastante erótico de corte sádico o algo así.

Ya puse el ratón patas arriba y no le hallé mas que el madeinchina

Un Abrazo

Sola en el universo dijo...

Ah, caray... entonces ya no voy a saber qué toco!!! jajajajaja

La maldita dijo...

Ni se imaginan cuánto me hace bien escucharlos...

Indigente Iletrado dijo...

No lo inventaste. El cuento del hombre que se hace pequeño existe.

No es un libro que podría considerarse de corte erótico, en realidad.. Es un libro de relatos del viejo indecente favorito de todos: Charles Bukoski.

Mi experiencia con la literatura licenciosa (como le decían) ha sido ceñida desde que me ahogo en letras por puro gusto.

Un día que estés de ociosa platicamos de ellos. Ahora sólo recuerdo pa' mi solto el primero: 'fanny hill'.

Mhm.