Hay gente que discrimina a las personas que tienen tatuajes. Si yo las juzgara en función de la pintura que cargan en sus cuerpos desconfiaría más de las mujeres (u hombres) que se maquillan el rostro, ya que pretenden hacernos creer que tienen los labios más carnosos de lo que son en realidad, que tienen la piel más blanca, la nariz más respingada, menor cantidad de cachete, dos cejas simétricas en lugar de una sola sobrepoblada y demás “detallitos”, mientras que las tatuadas de ninguna manera nos consideran tan estúpidas (os) como para creerles que nacieron con un murciélago dibujado en la espalda.
Como no siempre puedo decir personalmente todo lo que pienso, siento y hago, se los hago saber por este medio.
julio 23, 2005
La máscara
Hay gente que discrimina a las personas que tienen tatuajes. Si yo las juzgara en función de la pintura que cargan en sus cuerpos desconfiaría más de las mujeres (u hombres) que se maquillan el rostro, ya que pretenden hacernos creer que tienen los labios más carnosos de lo que son en realidad, que tienen la piel más blanca, la nariz más respingada, menor cantidad de cachete, dos cejas simétricas en lugar de una sola sobrepoblada y demás “detallitos”, mientras que las tatuadas de ninguna manera nos consideran tan estúpidas (os) como para creerles que nacieron con un murciélago dibujado en la espalda.
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