Un día estaba viendo unas fotos de tatuajes, y en una de ellas aparecía la pierna de un tipo con la imagen de un aguacate impresa en su piel. Era la mitad de él, con el hueso/semilla a la vista. Lo vi y realmente me pareció ridículo ese hecho.
Cada quien decide qué tatuarse pero... ¿un aguacate? Quizá era su héroe porque le ayudaba a humectar su cabello de una manera natural, porque hacía más deliciosas sus tostadas, o porque agua pasa por mi casa... cate de mi corazón.
Caminé por el espanto y la risa, pero después pensé que la historia del tatuado tenía un poco de sentido y puedo hasta concluir que comprendo la situación de amor de este hombre (o mujer de pierna peluda, no lo sé con certeza). ¿Por qué? Porque a mí me gusta mucho el aguacate, me agrada en exceso y resulta indispensable para mis comidas (sobretodo si lleva crema ácida y salsa valentina), así que probablemente algún día la de la pierna peluda resulte ser yo.
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Frase para meditar: Una de las cosas más tristes es cortar un aguacate y que resulte que tenga un verde no muy antojable, que esté más bien negro o de una consistencia tierrosa. Lo duro se mastica y ya, aunque su sabor característico no se distinga mucho, pero el que esté de ese color obscuro es deprimente.
Y si no hay otro para reemplazarlo la situación aumenta de decepción a frustración.
5 comentarios:
orale nunca imagine un pozt relacionado con un aguacate, pero seguramente el tatto, se miraba genial, no es asi?
amo el aguacate.
Me ha pasado que entre mas ganas tengo de comer aguacate, mas negro esta el jodepu por dentro
te quedaria bien un chabacano tatuado
Sí, hay pocas cosas más desagradables que un aguacate podrido cuando le traías una ganas... :D
anda tu mira pues estas en lo cierto que rikos son los aguacates eso si en un buen guacamole o solitos con sal mmh rikosss
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