diciembre 07, 2007

"Ancha de gorda, llena de vida; espesa, espesa..."


Tenía ya tiempo de tener un gran antojo por comerme un esquimal pero por una o por otra cosa no había podido satisfacer ese deseo.

El domingo antepasado fui a recoger una ropa. El sol estaba realmente fuerte, o al menos así lo sentía yo porque tenía mucha sed. Lo que me mantenía firme en mi actividad era que, después de salir de ese lugar iría a una tienda que estaba cerca de ahí y que compraría mi helada satisfacción.

Gran sorpresa y decepción me llevé cuando descubrí que ese día no la estaban vendiendo, así que la tristeza se apoderó de mí pero me abandonó rápidamente porque recordé que cerca de mi casa también podría comprarme una.

Llegué a hacer eso y me la iba comiendo mientras caminaba hasta mi destino.

Estaba bastante grande y se derretía y escurría por mis dedos, quizá también mi querido alimento tenía calor.

Cuando llegué comenzó a fastidiarme, mi deseo por él se había terminado y ya solamente me lo estaba comiendo porque no tenía otra cosa mejor que hacer.

Para no sentir que me lo estaba comiendo por compromiso decidí ponerlo en una flanerita y colocarlo dentro del congelador para terminármelo más al rato.

Lo olvidé por completo.

Uno o dos días después lo bajé al refri porque cuando intenté morderlo me resultó imposible por lo duro que estaba. Entonces alguien me sugirió que lo subiera al congelador para que no se me derritiera pero yo le contesté que eso era justo lo que quería, que se ablandara un poco.

Total, lo volví a olvidar ahí y por la tarde de un día que no recuerdo a qué fecha pertenecía, me encontré con todos los ingredientes divididos.

¿Alguna vez se han comido un esquimal con cuchara? Pues yo sí, y fue justo en ese momento.
La coraza permanecía aún firme, pero el centro estaba completamente líquido y el palo se quedó ahí recargado en el recipiente.

Primero me comí el chocolate duro con los trozos de nuez incrustados y después lo que se supone que debería estar adentro. Esto último lo empecé a hacer con el palito pero como no me dio muy buenos resultados, opté mejor por una cuchara.

Así las cosas.

Estaba dulce y cremoso, justo como a mí me gusta. Lo malo es que tuve que comerme sus partes por separado.

Creo que mi próxima fantasía sexual será con un esquimal.

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Frase para meditar: No me gusta aplaudir, me da comezón.

5 comentarios:

Sola en el universo dijo...

¿Te da comezón?

:o... a mí no!!!

Y no me gustan los esquimales :D

CadávEr Muerto dijo...

Imágenes ambiguamente eróticas... y no es queja, jejeje. Hola.

PD: Apuesto que pensaste que este Cadáver estaba muerto, jejeje.

Alba Calderón dijo...

¿Pues será que no lo querías tanto o qué? será que tu resistencia a no permitirte el esquimal, era hasta en el momento en el que ya no fuera en forma, de sus concepciones tradicionales.

Yo creo que sí, eres algo alterna...

Pero así, así me caes bien.

A mi de peque también me daba comenzón, sólo cuando aplaudía muy muy fuerte...
Jo

Saludos... un abrazo

Ojos De Perro Azul dijo...

Pues me he tomado, si porque no es comido, paletas derretidas, pero esquimales no...

En fin no he tenido fantasias sexuales y las ultimas que tuve fueron referentes a mi ultima aventura sexual.

Como la ves?


Saludos ñoña.

A dijo...

que rico!

besos chocolatosos
A.