enero 19, 2006

Camino del pasado, siempre arraigada al pasado

Foto: ¿Así se verá el cuero cabelludo de alguien con caspa?
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Así es, aquel día fui al Bancomer que está casi frente a Tránsito en Lincoln. Fue el jueves antes de que jugara Monterrey vs Toluca -partido del cual no hay más qué comentar- y lo recuerdo porque mientras hacíamos fila todos y todas estábamos pendientes del noticiero del canal 12 conducido por María Julia Lafuente, mujer que debió haber sido mi tía.

No tardaron mucho tiempo en atenderme y como no traía prisa decidí cruzar la calle para comprar un moka en el Oxxo que está justo enfrente de dicho establecimiento.

Era un mediodía frío y seco riquísimo. Un pantalón negro de pana, camiseta negra térmica, camiseta negra del Metal Fest Vol. I, un sueter negro y unas botas cochinas color café me protegían del clima y de las miradas. Pensé en comprarme también unas donas pero como no tenía mucha hambre no lo hice. Lo que sí pedí fue una tarjeta de celular con su respectiva factura (http://lilievil.blogspot.com/2005/09/me-llamo-lili-soy-mensajeadicta-estoy.html) . Salí de ahí y emprendí mi camino.

Seguí por esa misma acera de la avenida aun en contra de las recomendaciones peatonales que te dicen que camines en contra de la circulación de los carros pero me valió porque del otro lado es muy aburrido y además quise evitar pasar por la gasolinera que está ahí adelante.

Y ahí iba yo, caminando con mi bolsa, mi mokachino bien caliente y sintiendo el viento fresco en todo mi rostro. Quise entrar al panteón porque en esos lugares siempre hay árboles tétricos para fotografiar así que me regresé (porque ya había pasado la entrada) pero luego me dio flojera meterme y recuperé mi dirección. Un tipo se rió de mí porque notó mi cambio de ruta en esas dos ocasiones, me agradó.

Venía cantando pero no muy alto porque tampoco era mi intención asustar a las personas o espantar a los perros. ¿Qué canté? Creo que Durch nacht und flut de Lacrimosa, Time to play de game de Motörhead y la del Hijo del pueblo de José Alfredo.

Cuando llegué a la Ruta de camiones un Ruta 23 casi se me echa encima el maldito perro desgraciado, él tuvo la culpa por cafre.

En fin, sigo avanzando.

Transito ahora a un lado de la Planta de Lala y me acordé que antes tenían en la entrada una vaca tamaño real que me gustaba ver cuando pasaba por ahí, pero ya no está, desde hace mucho tiempo que ya no está. La primera vez que la vi creí que era de verdad porque pasé muy rápido y no la observé detalladamente; pobre ilusa.

Todo el trayecto esperaba notar algo que llamara mi atención para fotografiarlo pero no sucedió al menos hasta ese momento. Nada se me antojaba. Me metí al Waldos pero no me entretuve con nada y me salí.

Frente a Gigante Lincoln subí el puente, me quedé un rato y tomé la foto que publiqué (bien reconocida por The Mexican Sniper). Al ir bajando por la rampa observé a un señor que iba cruzando la calle y le tomé varias fotos siguiendo su dirección pero, como luego noté que le dijo algo (seguramente obsceno) a una mujer, decidí borrar a ese estúpido de mi cámara, no merecía estar ahí.

Terminé de cruzar y ahora estaba frente a la competencia: el HEB, y debo confesar que ninguna de las dos tiendas me gusta, le soy fiel a Soriana.

Sigo avanzando.
Capté a una pareja de viejitos que iban de la mano muy platicadores y me entró una ligera nostalgia, la cual dejó de tener importancia y se desvaneció cuando el aroma a pan recién hecho penetró por mi nariz, por mis ojos, oídos y por todos lados, porque ese aroma se mete y se disfruta hasta por la piel. Indudablemente a mi lado derecho aparecía la Panadería San José.

Sigo avanzando.
Cruzo una calle, miro las ofertas de Benavides (que me parecen una burla), se me hace agua la boca con las tostadas que prepara el señor de un carrito y me burlo de la ulcerota que se les va a hacer en la panza a los chavos que están ahí comiéndoselas (pura envidia).
Cruzo Lincoln otra vez y paso por la casa de la esquina en la que hace muchos años vivía una familia que tenía un perro llamado “Pendejo”. Cuando el señor salía buscando a la dichosa mascota gritándole por su nombre -¡Pendejo!-, todo el mundo volteaba menos el pobre animal.

Sigo avanzando.
Ya faltan pocos pasos. Llego a la casa en menos de una hora.

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Frase para meditar: Acostumbro aprenderme caras, nombres y números telefónicos... pero también acostumbro olvidarlos
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http://www.fotolog.com/lilievil/

6 comentarios:

TheMexicanSniper dijo...

Hola lili aqui nada mas pasando a saludar, por cierto creo que la vaca ahora esta en la LALA que esta ubicada en ave Bernarado reyes, creo si no me falla la memoria ahi la cambiarion, por cierto se confirma mis sospechas vives por donde creo, raro yo vivi por esa zona hace algunos años y ahora vivo cerca de ahi, por rangel frias...please mandame tu msn a themexicansniper@gmail.com

Tony dijo...

¿Y el cabrito?... me habían dicho que en Monterrey venden cabrito por todos lados.

Diablorama dijo...

le voy a hacer un link, nada mas deme un poco de tiempo.

saludos!

RAZORBACK dijo...

Lindo paseo!!!...me gustó como lo contó. Saludos

dingercat dijo...

jeje olvidar todo. es padre porque cuando el cerebro hace gala de su funcionamiento y recuerda a aquellas personas olvidadas, se siente chido.

Bernardo Felipe Martínez Meave dijo...

Quisiera ver tus fotos de arboles tétricos :).